Desde 2008 se han aprobado cientos de leyes relacionadas con la inmigración en todo Estados Unidos. La ley más dura promulgada en territorio estadounidense en contra de la migración ilegal es la que aprobó el Estado de Arizona el 23 de abril de 2010. Esta ley está dirigida a identificar, perseguir y deportar migrantes en situación irregular.
En marzo de 2013, el Servicio de Ciudadanía e Inmigración cambió su política para observar mejor su principio de reunificación familiar. Para ello, el gobierno de Estados Unidos redujo la cantidad de tiempo que los cónyuges e hijos menores de ciudadanos estadounidenses deben estar separados de sus familias al solicitar estatus legal de residente permanente. La nueva norma permite a los solicitantes calificados solicitar una “exención por dificultades” cuando aún están en los Estados Unidos. En la exención, el solicitante debe demostrar que si la familia se fuera a separar, el cónyuge o padre del solicitante con ciudadanía o estatus legal de residente permanente sufriría dificultades extremas.
En agosto de 2013, el gobierno de Barack Obama emitió una directiva que recomienda a las autoridades de inmigración ejercer la discreción procesal cuando detienen a padres inmigrantes indocumentados. Aunque la Directiva no impide la deportación de padres indocumentados, permite a los padres detenidos tomar algunas decisiones de cuidado que antes eran difíciles de garantizar, como asegurarse de que sus familiares sean notificados de su detención y sean capaces de cuidar de sus hijos.