El desglose de las ocupaciones por actividad económica muestra la población migrante se concentra en las actividades de comercio (31,5%), actividades de los hogares (8,9%), hoteles y restaurantes (8,7%), construcción (8%), industria manufacturera (6,3%), otras actividades de servicio (5,9%), actividades profesionales y científicas (4,1%) y actividades administrativas (3,6%). Estas ocho actividades agrupan el 77% de los ocupados migrantes. El resto de actividades cuenta con el 23% de los ocupados no nacionales. Se trata de actividades que se destacan por su rápido crecimiento: la construcción cuenta con un incremento promedio anual de 12,3% y las actividades de los hogares con un 10,2% (OIT, 2014: 18, 29).
Se destaca que los hombres migrantes participan en mayor proporción que las mujeres en actividades de construcción (91,4%), agricultura (89,1%) y explotación de minas y canteras (84,8%). Por otro lado, las mujeres muestran mayor participación en actividades de hogares (95,7%) y en otras actividades de servicio —incluye servicios sociales y de salud— (59,8%) (OIT, 2014: 18).
El 36,6% de los ocupados migrantes devengan más de mil dólares mensuales, en tanto que la proporción de nacionales remunerados por encima del umbral mencionado —considerando la Encuesta de Hogares 2012— es de 13,8% (OIT, 2014: 26).
El 62% de la población migrante encuestada afirma que cuenta con un programa preventivo de riesgos de trabajo.
En el tema de los maltratos en el lugar de trabajo, es esencial enfatizar en la situación de las mujeres ya que, en algunos casos, afirmaron haber sido víctimas de hostigamiento sexual (OIT, 2013: 67).